Por Jesús Alberto Rubio
Cómo cambian los tiempos:
Usted seguramente se dio cuenta y, por supuesto que lo está disfrutando, de cómo los magnates del béisbol de Ligas Mayores desde hace años iniciaron una nueva época en torno a la estructura, diseño, arquitectura de los estadios de béisbol.
Empero, hay que decirlo: en las últimas temporadas agregaron a ese renovado desarrollo una característica muy especial: poner a los parques nombres de sólidas firmas comerciales, bancos o grandes empresas, industrias y/o compañías.
Y a este nuevo horizonte, obviamente, debemos hablar de las concesiones, derechos de publicidad y transmisiones por televisión que ayudan enormemente a mejorar la economía de los 30 clubes ligamayoristas de este 2004.
Claro, se debe entender que los nuevos respaldos financieros a los estadios y franquicias también representan para los equipos la posibilidad de estabilizarse económicamente a fin de penetrar con más comodidad al exclusivo mundo del talento millonario en que se han convertido cotizados peloteros quienes todavía logran contratos multianuales millonarios.
Pero, lo que llama la atención: La nueva ola de estadios de beisbol en Ligas Mayores, sin duda alguna representa un vigoroso horizonte en el enriquecimiento del espectáculo y una adaptación lógica a la modernidad del siglo 21.
Nuevos nombres
Veamos cómo han surgido nuevos nombres de los estadios de la Gran Carpa, dejándose en el recuerdo y la añoranza aquellos que por muchos años fueron toda una tradición como escenarios del béisbol ligamayorista: Hoy tenemos al Citizen Bank Park de Filadelfia, Network Associates Coliseum de Oakland, SBC Park de San Francisco, Petco Park de San Diego, U.S. Cellular Field de Chicago (Medias Blancas); Bank One Ball Park de Phoenix, Great American Ballpark de Cincinnati, Minute Maid Park de Houston (antes Enrod Field); PNC Park de Pittsburgh, Tropicana Field de Tampa, Comerica Park de Detroit, Safeco Field de Seattle, Miller Park de Milwaukee, Turner Field de Atlanta y el Ameriquest Field in Arlington de los Rangers de Texas o el Angel Stadium, antes conocido como el Anaheim Stadium y más recientemente como Edison Internacional Field.
Muchos de ellos, sustitutuyeron los nombres de parques tradicionales; otros fueron edificados con nuevas estructuras y algunos más remodelados y, en este sentido, podemos citar a algunos de ellos: El Candlestick Park de San Francisco (1960), Chavez Ravine de Los Angeles (1962); Shea Stadium de Nueva York (1964), Atlanta-Fulton County Stadium de Atlanta (1965); el “nuevo” Bush Stadium de San Luis (1966); Jack Murphy Stadium de San Diego (1967); Three Rivers Stadium de Pittsburgh (1970); River Front de Cincinnati (1970); Estadio de los Veteranos (1971) de Filadelfia; Arlington Stadium de Texas (1972 y el Royals Stadium de Kansas City (1973), hoy Kauffman Stadium, entre otros.
¿Se imagina que al Yankee Stadium, el Wrigley Field de Chicago, Dodger Stadium o Fenway Park de Boston, construido en 1912 cuando la tragedia del Titanic y que es “el abuelo” de todos los nuevos parques del beisbol, les cambiaran sus nombres por el de bancos, firmas comerciales o cosa por el estilo?... uggg.
Del Wigrley Field, como dato adicional e histórico, puedo decir que fue el último parque de Ligas Mayores al que se le instalaron torres de iluminación. Esto ocurrió en 1988, manteniendo aún su original pizarra en operación O bien, este otro momento histórico: En 1940 --16 de abril-- la WGN-TV también entraba en acción al televisar un juego de beisbol por primera vez. Fue un partido de exhibición en el Wrigley Field con Jack Brickhouse narrando las incidencias en la victoria de los Medias Blancas de 4-1 sobre los Cachorros.
Joyas arquitectónicas de los 70´s.
De hecho, desde los setentas los estadios comenzaron a convertirse en joyas arquitectónicas y de gran comodidad, costeados en su mayoría por los gobiernos de las ciudades, además de que se aprovechaba la penetración de las estaciones televisoras, lo cual llevó al espectáculo a negocios millonarios como se observa en la actualidad.
A mediados de los setenta, Minnesota (Metrodome) y Seattle (Kingdome), también construyeron enormes estadios polideportivos techados, con gramas artificiales y que cobraron gran notoriedad y novedad, porque se podía gozar el juego sin alguna interrupción a causa de irregularidades climáticas.
En los años siguientes, también comenzaron a irrumpir modernos escenarios para jugar beisbol, representando algunos de ellos nuevos modelos retros basados en las estructuras anteriores, con grama natural, jardines asimétricos, aire libre y techos movibles que enseñan la concepción ideal de un parque para jugar pelota y que permitan una mayor comunión entre el beisbol y la familia.
El concepto moderno es de que “ya no sólo se trata de ir a ver jugar beisbol”.
Se vuelve al pasto natural con todo y estadios techados, pero con estructuras retractiles para cuando se presente la lluvia o haga demasiado calor que permita utilizar el aire acondicionado, que le dan una nueva fisonomía y ambiente para el gozo del espectáculo del deporte rey, combinando la mayoría de ellos el ladrillo con el acero dando la impresión de ser un estadio antiguo, pero con todos los adelantos tecnológicos.
El Skydome y los techos retráctiles
Un ejemplo se dio cuando el arribo en 1977 de los Azulejos a la Liga Americana como nuevo equipo de expansión, el Skydome de Toronto, de frente al Lago Ontario y que se convirtió en 1989 en el primer estadio en utilizar tan admirable tecnología retro.
El Skydome maravilló en su tiempo porque, además de su maravillosa tecnología, estructura y diversidad de espacios y atracciones, de acuerdo a la temperatura imperante, el techo retractable tardaba tan sólo 20 minutos en abrirse o cerrarse.
El One Bank Ballpark
También el inmaculado Bank One Ballpark de los Diamondbacks de Arizona, al ingresar en 1998 a Ligas Mayores, volvió a la concepción básica del beisbol y un techo retro que superó en tiempo y velocidad al SkyDome de Toronto a la hora de abrirse o cerrarse: ¡5 minutos!
Al igual que el Skydome, se encuentra en el centro de Phoenix, precisamente sobre el área que durante muchos años ocupo toda en área de la Central Camionera de la ciudad y edificaciones de su alrededor.
Minute Maid Park
Otro gran escenario, el Minute Maid Park de Houston, representa un extraordinario diseño y intimidad de béisbol y, además, tan bello estadio, siguió la tradición ferroviaria de la ciudad, que nació con la Estación de Ferrocarriles Unión, construida en 1911.
Su ubicación está precisamente junto a esa estación y su atractivo principal es su techo mecánico, el cual se abre y se cierra en un plazo máximo de 20 minutos.
Otra novedad es el desplazamiento de una pequeña locomotora sobre la barda de arcos del jardín izquierdo. Y por supuesto que cuenta con césped natural, además de tener butacas cercanas al terreno de juego.
Calificada por muchos como la instalación deportiva más moderna en el beisbol de Ligas Mayores, también con techo movible de acuerdo al clima imperante, fue construida con 250 millones de dólares para recibir a 42 mil aficionados.
Al fondo del jardín central, también tiene gran atractivo, no así para los jardineros que tienen dificultades al tratar de realizar algún engarce sobre ese lugar: el asta de la bandera de Estados Unidos y una elevación como de cresta del terreno pegada a la barda de tres metros de altura, pero que al final de cuentas le da un toque distintivo al estadio.
El alcalde Lee Brown, describió al nuevo estadio como la instalación de “nueva generación” y dijo que será la llave de revitalización del centro de Houston, la cuarta mayor ciudad de Estados Unidos.
El parque fue bautizado por Enrop Corp, una compañía de energía con sede en Houston, que pagó 40 millones de dólares por el nombre. Fue la noche del jueves 30 de marzo, como lo hicieron en 1965 cuando inauguraron el Astrodome, los Astros celebraron un juego de exhibición ante los Yankees de Nueva York.
SBC Park
Sin duda, también el SBC Park, antes Pacific Bell Park, frente a la Bahía de San Francisco y que llegó en lugar del 3Com Park (y el histórico Candlestick Park, inaugurado el 12 de abril de 1960).... es un lugar hermoso para jugar beisbol.
Tiene fachada a la antigua, con estructura de concreto y ladrillo y su costo de construcción ascendió a los 225 millones de dólares. Cuenta con 65 suites de lujo, 42 mil butacas y grama natural.
Barry Bonds, su notable estrella, fue el primero en enviar la pelota hasta la bahía donde lancheros se pelean por tomar con redes las pelotas que ahí caen de jonrón. Incluso, sobre la estructura de la barda del jardín derecho se observa una pequeña pizarra que especialmente da a conocer el número de cuadrangulares que Bonds manda hacia esa lugar.
Esa ensenada de la Bahía de San Francisco lleva el nombre de Willie McCovey, uno de los peloteros sagrados y eternos de los Gigantes.
Al frente del hermoso estadio se admira una estatua que perpetúa la memoria de una notable figura del beisbol: Willie Mays.
El Comerica Park
El Comerica Park es realmente una joya artística de 300 millones de dólares construido en el centro de la ciudad de Detroit y que combina lo antiguo con lo moderno, contando con 102 suites de lujo y capacidad para 40 mil aficionados comodamente sentados.
Conserva el toque nostálgico del Tiger Stadium; es del todo funcionable y su diseño de construcción estuvo influenciado por el estadio de los Indios, el Jacob Field.
Por cierto, sus amplias dimensiones en los jardines, recuerdan aquel desaparecido Estadio Municipal de Cleveland.
Quizá, ante la gran inmensidad de sus jardines lo que más habrá de verse en este nuevo escenario, serán dobles y triples y, en este último caso, ahí está el reto de batir la gran marca en una campaña de 26 todos los tiempos, impuesta por Joe “Descalzo” Jackson y Sam Crawford.
Otro gran detalle es el hecho de que detrás de los jardines se aprecian los munumentos de las principales glorias del beisbol que han jugado en distintas épocas con los Tigres de Detroit, como Ty Cobb, Charlie Geheringer, Hank Greenberg, Mickey Cochrane, Al Newhouser, Al Kaline....
Imagínese todo esto.
Pero, en fin, en fin.,... estos modernísimos parques, sin importar sus nuevos nombres comerciales como el Petco, Cellular, Bank One Ball, Great American, PNC, Comerica, Safeco, Angel Stadium, Ameriquest Field.... en verdad son una “chulada” para jugar y ver béisbol y que se gozan a más no poder, ¡sí señor!
(Continuará).
Artículo tomado de LAS GRANDESLIGAS.COM http://www.terra.com/deportes/articulo/html/fox121985.htm9
viernes, 14 de mayo de 2010
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